Rafel Ramos se ha convertido con tan solo 52 años en segundo catedrático en Medicina de Familia de España en la Universitat de Girona (UdG). Aprovechamos esta ocasión excepcional para conversar con él sobre el papel de la MFyC en la facultad, la investigación en este campo y los retos de futuro de la especialidad.
¿Cómo has llegado a convertirte en catedrático siendo tan joven?
52 años suele ser una edad un poco más temprana para llegar a catedrático. Pero no tiene mucho secreto, la universidad dispone de recursos y cada año los reparte entre los departamentos que dan la docencia en las facultades. En este sentido, la universidad puede decidir si la plaza es de agregado o es de otro tipo.
¿Cómo se opta a una plaza?
Para poder optar a una plaza hay unos criterios de acreditación, que determinan a qué plaza puedes optar en función de tu currículum (profesor agregador lector, titular, catedrático…). Entonces, el mérito es el hecho de haberse acreditado y presentar a las instituciones pertinentes tu bagaje, proyectos, publicaciones, comunicaciones, patentes, direcciones de tesis, haber coordinado grupos de investigación… y así puedes optar a un nivel de acreditación. En mi caso, hace tiempo que estoy acreditado como catedrático por estos méritos conseguidos.
Y hay que esperar a que se cree una plaza…
Exacto. Mi acreditación como catedrático me posiciona para poderme presentar el día en que se cree una plaza. Pero además de eso, hay otra circunstancia, y es que la Universidad, la Facultad y el Departamento, y en este caso de forma vinculada con el Institut Català de la Salut (ICS) —ya que yo tengo plaza en los dos sitios—, deben ponerse de acuerdo y apostar por la creación de una plaza de Medicina de Familia y Comunitaria. En su día, apostaron por crear la plaza como profesor titular y, recientemente, lo han hecho para promocionarla a catedrático. En resumen, hay una parte más personal, que me ha permitido acreditarme con los grupos de investigación, los proyectos y publicaciones, y una segunda parte que es la apuesta institucional.
¿En ese caso hablamos de una apuesta directa por parte del ICS?
ICS Girona, la Universitat de Girona y el Departamento de Ciencias Médicas han apostado por promocionar una plaza como docente en Medicina de Familia, elevándola a catedrático, y yo estaba, por suerte, en condiciones de aprovechar esta situación.
¿Cuáles piensas que han sido las razones que hay detrás de la creación de esta plaza?
Por un lado, creo que la plaza se ha creado porque se podía, es decir, había una persona que podía optar a ella. Desde el principio, además, en la Universitat de Girona, junto con el Departamento de Ciencias Médicas, se ha querido decididamente apostar por la Medicina de Familia en el Grado de Medicina. Prueba de ello es que hay muchos profesores asociados que son médicas o médicos de familia y que incluso el jefe de estudios fue un médico de familia, Pascual Solanas, con estrecha vinculación con la semFYC. Él inició todo este proceso. También Ferran Cordón, otro jefe de estudios de la UdG, es médico de familia. Sin duda, su empeño en difundir la Medicina de Familia como campo de conocimiento académico ha sido esencial.
¿La Medicina de Familia está incluida en el programa de Grado?
Creo que sí, que tenemos un programa docente en el que la Medicina de Familia está muy bien integrada, algo que es fundamental y aporta esta sensibilidad necesaria para crear una cátedra en MFyC.
Tanto Pascual Solanas como Ferran Cordón son personas muy conocidas en Atención Primaria. Yo he tenido la oportunidad de seguir sus pasos en investigación, y mucha gente ha trabajado muy duro para que hoy pueda existir esta plaza que ocuparé yo. En el caso de Girona, además, las circunstancias nos han favorecido un poco más. Hemos participado en el estudio REGICOR, un extenso estudio poblacional que empezó en 1995, y hemos colaborado mucho con l’Institut d’Investigació en Atención Primaria IDIAP-Jordi Gol i Gurina, así como con las sociedades científicas CAMFiC y semFYC.
¿Por qué es importante que la Medicina de Familia y Comunitaria esté la universidad?
Creo que hay dos aspectos, el primero, fundamental, es que en el contexto de la docencia hay que poder explicar y enseñar la especialidad para que los alumnos la entiendan.
La Medicina de Familia es una especialidad preciosa, básica en el sistema y que tiene unos contenidos propios que si no son explicados y enseñados no los llegas a tener en cuenta a la hora de elegir especialidad.
Nuestra especialidad es el eje del sistema, porque nosotros aguantamos el sistema y somos, de algún modo, el sistema. Tener a un buen médico o médica de familia es de las mejores suertes que puedes tener como persona en la actualidad, porque esto te permite sentirte seguro dentro de dicho sistema. Nuestra visión holística, nuestro conocimiento del paciente, la comunidad, el contexto biopsicosocial… todos estos elementos ayudan a crear un vínculo que otras especialidades no son capaces de crear. Un médico de familia es el mejor agente que hay para que una persona tome decisiones sobre su propia salud.
¿Eso incluye la comunitaria?
Sí, no estamos hablando de conceptos de medicina general, si no de una orientación holística con una entidad propia, con un recorrido científico y tecnológico importante y con muchas líneas de investigación propias. Hay que saber transmitir todo eso y saber crear referentes a nivel universitario.
¿Ahora existen referentes?
Estamos trabajando en ello. Es difícil crear vocaciones si no hay referentes universitarios sobre un ámbito de conocimiento.
Los médicos de familia tenéis un enfoque muy didáctico cuando habláis con vuestros pacientes. Esta vocación de servicio, de enseñar y explicar, ¿también la aplicáis con vuestros alumnos a nivel universitario?
Es una pregunta difícil. Creo que la mejor respuesta que puedo dar es que nosotros, en general, somos personas cercanas y estamos acostumbrados a tratar con personas. Esto nos gusta y los trasladamos a todas las dimensiones de nuestra vida. Por eso, como docentes, también somos cercanos. En nuestra Facultad de Medicina de la Universitat de Girona tenemos la posibilidad de trabajar en pequeños grupos, de forma muy próxima y este es un nivel de interacción de igual a igual. Seguro que en otras especialidades también existe una vocación parecida, pero en nuestro ámbito, claramente, nos encontramos haciendo más de tutores que de profesores. Nosotros nos vemos acompañando, dotando de herramientas para el autoaprendizaje y para lograr que nuestros alumnos sean autónomos.
¿Cómo será tu carga docente a partir de este momento?
Mi carga docente no se ve incrementada. Seguro que tendré alguna carga suplementaria en esta idea de promocionar la especialidad, pero en general creo que el impacto será pequeño y que podré seguir con la investigación que ya estamos llevando a cabo en mi grupo, así como la docencia que hacía hasta ahora.
¿Qué puedes contarnos de la investigación que estáis llevando a cabo?
Nosotros somos un grupo que nacimos hace bastantes años con muy pocos recursos y, ahora, en estos últimos años hemos crecido mucho y hemos llegado a hacer proyectos y publicaciones que nunca nos hubiéramos imaginado, así que creo que tenemos un buen nivel, estamos acreditados por diferentes agencias de acreditación y participamos en redes reconocidas. Incluso en este momento estamos coordinando una red de investigación a nivel del Estado español. Creo que el recorrido que hemos seguido estos últimos años nos ha abierto nuevas oportunidades, para optar a más proyectos europeos, financiación… etc.
¿Cuál es vuestro campo principal de interés a nivel científico?
Principalmente, nos interesan mucho la prevención y la promoción de la salud en general y, en particular, el campo de las enfermedades cardiovasculares. En este sentido hemos trabajado intensamente en la correcta identificación de qué clase de intervenciones necesita cada tipo de persona. Tenemos muchos proyectos para detectar los factores de riesgo, matices y características de las personas, todo pensado para tomar decisiones basadas en la evidencia, individualizando al máximo cada intervención.
¿Por qué habéis incorporado la demencia en los últimos años?
Pensamos que la demencia tiene un fuerte componente cardiovascular y estamos investigando esta parte. Últimamente, una compañera del grupo, Anna Ponjoan, está abriendo una línea de investigación en salud y género en un sentido amplio, con las minorías LGTBI+.
¿Cómo os ha afectado la COVID?
En nuestro caso nos ha afectado porque a nivel institucional se nos pidió apoyar a la asistencia sanitaria con la creación de una plataforma de información y predicción de la COVID. En los inicios estuvimos muy metidos en esto. Teníamos que predecir cuánta gente iba a ingresar, cuántos acabarían en las UCI, cómo evolucionaría la ola de infecciones, etc. Creo que fue un trabajo útil para la Atención Primaria en Catalunya, así como para los hospitales.
También pusimos en marcha la creación de predictores de evolución COVID y estamos a punto de publicar un estudio genético que irá en este sentido. Además, hemos participado con el desarrollo de la vacuna Hipra.
Desde la semFYC, estamos trabajando juntamente con IDIAP en el proyecto HAPPY PATIENT, que lucha contra las resistencias antimicrobianas. Dado que la OMS ha alertado de que esta será la próxima pandemia, ¿os habéis planteado abrir una línea de investigación que relacione RAM con salud cardiovascular?
Es una buena idea. Es posible que haya cierta conexión. Está claro que la Organización Mundial de la Salud y el European Research Council priorizan las resistencias antimicrobianas como uno de los grandes retos sanitarios, por lo que tenemos que estar atentos, ya que pronto tendremos que enfrentarnos a problemas serios en infecciones bacterianas por falta de herramientas útiles.
¿Qué le pedirías a una sociedad científica como la semFYC para que ayudara a aumentar la presencia de la Medicina de Familia y Comunitaria en la Universidad?
Creo que la semFYC está trabajando bien en esta tarea de presión y promoción de la especialidad en el ámbito universitario. La semFYC aporta conocimiento y evidencia para que las universidades vean que es bueno para los estudiantes el formarse en Medicina de Familia. La semFYC aporta literatura científica y hace su trabajo. Sin duda, la universidad es compleja y tiene una estructura en algunos casos rígida, por lo que es difícil acceder a ella. En nuestro caso, como la Facultat de Medicina de la Universitat de Girona es joven, ha sido más fácil el abrirse a nuevas formas de conocimiento.
La semFYC, la CAMFiC y las organizaciones internacionales como la WONCA tienen que seguir mejorando la imagen de nuestro trabajo, así como intentar uniformar los programas formativos.
¿Qué le dirías a un médico de la semFYC que estuviera en consulta y quisiera tener más opciones para investigar y participar en proyectos?
Desde la Atención Primaria tenemos nuestra experiencia clínica que nos permite reflexionar sobre las preguntas que son relevantes responder. Es importante que tengamos el criterio científico y trabajemos con esa idea de escoger las preguntas relevantes. A partir de esa primera pregunta, hay que tener claro que la carrera en investigación no es fácil, porque hay pocos recursos, aunque hay formación y especialización para ello. Creo que debemos pedir a las instituciones que sepan crear estos caminos, porque la gente puede recorrerlos y dedicarse la investigación. También necesitamos más tiempo. Sin tiempo, no es posible hacer una carrera científica, entendiendo que no hay presupuesto ilimitado para todo, pero sí que es posible crear mejores condiciones para dedicarse a la investigación. Por ejemplo, la CAMFiC tiene sus ayudas para dedicar a la investigación, desde IDIAP se ha trabajado para disponer de ayudas a tesis doctorales y para dedicarse a la investigación… En resumen, si quieres hacer investigación, yo te diría que te pongas en contacto con estas vías, con los grupos de investigación y que colabores con tu sociedad científica, para encontrar caminos que te permitan avanzar. Necesitamos responder a muchas preguntas y a gente joven que aporte ideas y energía.
En la semFYC hay mucha gente joven ahora….
Bienvenida sea la juventud. La necesitamos.
© Foto: Rafel Ramos, a l’entrada de l’hospital Josep Trueta. | MARC MARTÍ
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